jueves, 31 de marzo de 2016

Detención y muerte de los hermanos Fermín y José Vega Córdoba (Algar, julio de 1949)



Detención y muerte de los hermanos Fermín y José Vega Córdoba (Algar, julio de 1949) por José Antonio Jiménez Cubero

El 2 de julio de 1949, Manuel Robles Sánchez, sargento de la 7.ª Compañía de la 207 Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz que por esas fechas ocupaba la jefatura del puesto de Algar (Cádiz), acompañado por el guardia segundo del cuerpo José Fernández Chaves, procedió, sobre las veintiuna horas del referido día, a la detención de los hermanos Fermín y José Vega Córdoba en una huerta de la barriada del Tempul, sita en las afueras de la localidad de Jerez de la Frontera, acusados de actuar de enlaces para la guerrilla del Comandante Abril (Bernabé López Calle).

Seguidamente los detenidos fueron conducidos a la referida localidad de Algar donde el sargento procedió a «tomarles declaración» aquella misma noche.

Naturales de Arcos y vecinos de Jerez, los hermanos Vega Córdoba, hijos de Juan y Andrea, se ganaban la vida trabajando la huerta que habían heredado de su padre en la citada barriada del Tempul donde, además, se hallaba situada la vivienda familiar.

Ambos estaban solteros; el mayor, Fermín, contaba 38 años en la fecha y José acababa de cumplir los 25. El padre, Juan, había sido durante los primeros años de la República alcalde pedáneo de la barriada del Mimbral, cargo que en 1936 pasó a ocupar su hijo mayor Cristóbal –muerto en la guerra— a quien acompañaba como secretario su hermano Fermín.

Tras el golpe militar del 18 de julio de 1936 todos ellos tomaron parte activa en la defensa de la legalidad republicana en la zona de Algar, donde hicieron frente a las tropas golpistas. Otro de los hermanos Vega Córdoba, Juan, fue detenido al finalizar la guerra y condenado a 30 años de prisión de los que cumplió seis como preso esclavo en la Colonia Penitenciaria Militarizada de Dos Hermanas (Sevilla) trabajando en la construcción del Canal del Bajo Guadalquivir (Canal de los Presos). Por su parte, Fermín, detenido e internado en un campo de concentración en Gerona al finalizar la guerra, había pasado dos años de prisión antes de salir en libertad condicional a finales de 1941. 

Sobre las quince horas del día 3 de julio, enterado de la detención de los hermanos Vega, hizo su presentación en la localidad de Algar el teniente jefe de línea de Arcos, Ubaldo Palomino García, quedando a su disposición los detenidos así como el atestado instruido por el sargento Manuel Robles. Siete horas más tarde, poco después de que dieran las 22, ambos hermanos yacían cadáveres en el sitio llamado «Torno Merino»,  junto al río Majaceite, en las inmediaciones del conocido como Cerro de los Panes, próximo a la carretera que conduce a Cortes.

En el parte que el cabo 1º del cuerpo Francisco Pérez Nieto remitió -sobre las veintitrés horas del día 4- a su superior el sargento Manuel Robles podemos leer lo siguiente: ... al pasar con los detenidos Fermín y José Vega Córdoba por el sitio «Torno Merino» del río Majaceite en dirección al Cerro de los Panes de este término donde eran conducidos para llevar a cabo una misión de servicio, el primero de los detenidos, aprovechando la oportunidad del paso de dicho río, dio un empujón a dicha Clase (el que suscribe) que le hizo caer al agua, en cuyo momento emprendieron ambos detenidos precipitada fuga, reponiéndose no obstante el referido cabo y ordenando a los guardias Manuel Manzano Pera y José Duque Navarro salieran en persecución del  que huía por la izquierda, a la vez que él y el guardia José Fernández Chaves perseguían al que corría por la derecha, dando fuertes y repetidas voces de ¡ALTO A LA GUARDIA CIVIL!, sin que por ello intentasen detenerse por lo que se vieron precisados a emplear las armas ambas parejas, cayendo al suelo el referido Fermín a consecuencia de haber sido alcanzado por los disparos que le hicieron el cabo y el guardia Chaves, y un poco más tarde cayó también al suelo el José, alcanzado por los disparos que le dirigieron los guardias Manzano y Duque, quedando ambos en el suelo y al parecer cadáver, por lo que dicha fuerza quedó a la custodia de los mismos hasta recibir instrucciones.

A las nueve de la mañana del día 5, en una sala del cementerio municipal de Algar, los forenses Juan Pérez Fabra y Casto Jaén Pérez procedieron a realizar la autopsia a los cadáveres de los hermanos Vega. Por lo que respecta al mayor, Fermín, el informe de los forenses precisaba: ... existe una herida por arma de fuego cuyo orificio de entrada se encuentra en el cuello a unos dos centímetros aproximadamente de la línea media, y otro a su izquierda, y otro de salida por el ojo izquierdo que aparece completamente vacío.

Por lo que respecta a José, los médicos escribieron: En la parte anterior del tórax aparecen dos orificios a derecha e izquierda del esternón al nivel de la 3ª y 4ª costilla. En el pabellón retro-auricular  hay un orificio de entrada y otro de salida en región frontal derecha producidos por arma de fuego.

Esa misma mañana, sobre las doce horas, los hermanos Fermín y José Vega Córdoba fueron enterrados en sendas fosas  del cementerio municipal de Algar. Fermín lo fue en una existente en el patio segundo, orientado con la cabeza dirección norte y pies al sur. A José lo enterraron en otra fosa del mismo patio, distante unos seis metros de la primera, orientado el cuerpo cabeza al este y pies al oeste.

·         Todos los datos han sido extraídos de la Causa 471/49 (leg. 104, nº 10236), que se halla depositada en el Archivo del Tribunal Territorial Militar n.º 2 de Sevilla.

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miércoles, 30 de marzo de 2016

77 AÑOS DEL FINAL DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA


El 1 de abril se cumplen setenta y siete años del final de una cruenta guerra incivil. Una guerra, acontecimiento fundamental en el siglo XX español, provocada por el golpe de Estado de una parte del Ejército. Fue, y sigue siendo, tal la magnitud de ese suceso que, hoy día, casi ocho décadas después, aún seguimos sufriendo las consecuencias. Entre otras cosas, siguen impregnando la sociedad unos valores, preceptos, creencias y prácticas sociológicas herederas del fascismo de los primeros años de la dictadura y del nacional-catolicismo franquista.

A lo largo de la historia, tras las contiendas bélicas, lo normal ha sido que cada bando o familia recoge a sus muertos y los despide como cree oportuno. En la España del 39 (y en la posterior), victorioso el fascismo (nuestro país tiene el "honor" de ser el único país donde no se ha derrotado), no se permitió tal cosa. Tan sólo se llevó a cabo una política de restauración de la memoria de los “caídos por Dios y por España” a través de la Causa General y la construcción del Valle de los Caídos, hiper-monumento al fascismo realizado con mano de obra esclava. A otros, hombres y mujeres defensores de la democracia y de la igualdad social, se les despreció de tal forma que, incluso a día de hoy, hay quien se molesta porque algunos grupos familiares y colectivos intentan recuperar sus restos. La doctrina del shock, puesta en práctica durante la Transición con el 23-F, con un temor constante a una nueva guerra, ha sido el pilar sobre el que ha estado apoyada la negación de la dignidad de los asesinados por los enemigos de la democracia.

La participación de Arcos en la contienda bélica fue poca, por no decir nula. El 18 de Julio de 1936 se da el golpe de Estado y el día 19, el puesto de la Guardia Civil de Arcos se adhiere a los golpistas, quedando desde este día el pueblo en manos de los sublevados. El 21 entran en el pueblo las tropas Regulares procedentes del norte de África junto con la columna falangista de Mora-Figueroa, y, tras esto, comenzó una represión brutal contra personas que tenían alguna relación con el Frente Popular (alianza de partidos de izquierdas que se presentaron en una candidatura conjunta en las elecciones de febrero de 1936) o con las asociaciones obreras. Además de contra otras personas por simples rencores personales.

Con el objeto de dar dignidad, visibilidad y, en última instancia, recuperar los restos de nuestros familiares, el pasado verano nació en nuestro pueblo, la Asociación por la Memoria Histórica de Arcos de la Frontera. Entendemos que en un pueblo como Arcos, donde la represión física se llevó a casi un centenar de hombres que no estaban en el frente, sino en sus casas; y donde se llevaron a cabo acciones indecorosas típicas del fascismo italiano (corte del cabello e ingesta de aceite de ricino) contra, como mínimo, cinco mujeres; es muy necesario destapar esta historia por justicia histórica, pero sobre todo y ante todo, para que las víctimas del fascismo, sus hijos que presenciaron tal horror, descansen en paz.

Salud y memoria.

Antonio Ortega Castillo, 30/03/2016

martes, 22 de marzo de 2016

EXPOSICIÓN

MES DE ABRIL

NOTICIAS: Para el próximo mes de abril, la asociación tendrá la exposición "Memoria Recuperada, Memoria Compartida. La represión franquista en las sierras de Ronda y Cádiz" de la Asociación Papeles de Historia y se expondrá en el Patio del Palacio del Mayorazgo.


Organiza: Asociación por la Memoria Histórica de Arcos de la Frontera
Colaboran: Asociación Papeles de Historia y Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Arcos de la Frontera

domingo, 13 de marzo de 2016

REPRESIÓN FASCISTA Y ENTRONIZACIÓN DEL CRUCIFIJO EN LAS ESCUELAS DE ARCOS

ARCOS | OPINIÓN

Represión fascista y entronización del crucifijo en las escuelas de Arcos

ANTONIO ORTEGA CASTILLO
11/03/2016 12:00
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Llegado el mes de septiembre de 1936, en Arcos de la Frontera, ocupado por los golpistas desde el 21 de julio, los preceptos reaccionarios y conservadores propugnados por los sublevados se ponían en práctica en las escuelas. El verano estaba siendo un horror: “paseos”, vejaciones, aceite de ricino, pelados, venganzas, asesinatos, desapariciones, cadáveres en las cunetas, camiones que dejaban un rastro de sangre en la calle, llamadas a filas, impotencia, destierros y exilios; terror, mucho dolor y un miedo que aún hoy es palpable en los ojos de los que fueron niños entonces. Niños huérfanos cuyo último recuerdo que tienen fue ver cómo arrancaban a sus padres de su hogar, y que tenían pocas opciones para sobrevivir si no querían internarse en Los Salesianos, pues en este centro, bajo la doctrina católica, podían acceder a un sustento alimenticio. Otra práctica familiar para esquivar los males del hambre fue llevar a los huérfanos, por gracia y misericordia de los fascistas, al actual Palacio del Mayorazgo donde estaba situado el Comedor Social, lugar en el que un voluntariado femenino y falangista realizaba la labor cristiana para con niños huérfanos. Unos niños y niñas que no tenían padre gracias al golpe protagonizado por Falange. Un golpe a la democracia republicana que fue adornado y fomentado desde la Iglesia con la premisa de ser una “cruzada nacional-católica”.
Años atrás, la educación en Arcos había dado un importante avance cuantitativo y cualitativo ya que, debido al crecimiento poblacional de unos 2.000 habitantes entre 1925 y 1936, y gracias a la política republicana de creación de escuelas, se erigieron en Arcos once nuevas escuelas entre 1931 y 1932 añadidas a las ya existentes. Estas escuelas estaban situadas en distintas zonas del término: el Barrio Bajo, Las Nieves, El Pósito, Tras Los Molinos, en el actual “El Barrio”, Jédula y la Parrilla. Asimismo, justo un día antes del golpe de Estado, el 17 de julio se había aprobado en sesión plenaria la construcción de otras cuatro escuelas en Jédula, Las Abiertas, Junta de los Ríos y la Parrilla. La dotación de personal cualificado fue otro logro del gobierno republicano ya que había que completar estas escuelas. Para ello, el ministerio de Fernando de los Ríos, durante estos años preparó a 10.000 nuevos maestros.
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Tras el golpe de Estado del 18 de Julio, se produce una purga en un ámbito, la Educación, que sin duda fue uno de los grandes pilares de la política republicana. La paradoja fue que los docentes eran en sí mismos por sus ideas avanzadas, su moderna pedagogía y laicismo, representantes simbólicos de lo que había sido la política educativa republicana. Aspectos que, según los cánones reaccionarios propios de los sublevados, había que exterminar. Fueron muchos los maestros arcenses expedientados tras el Golpe, tan sólo hay que hacer una búsqueda rápida en el Centro Documental de la Memoria Histórica para comprobarlo. A díade hoy sabemos con certeza que al menos dos fueron asesinados. El primero, Joaquín Vázquez Rodríguez, quien había sido uno de los grandes impulsores del Partido Republicano Radical-Socialista en 1931, y que había tomado partido por el Frente Popular en 1936, formaba parte de la Comisión que dirigía el Ayuntamiento de Arcos a la llegada del Golpe. Cuando fue sacado violentamente de su casa, y asesinado, dejaba viuda e hijos. Otro de los asesinados fue Cristóbal Castillo Rodríguez. Este arcense había sido becado por el municipio arcense a finales de los años veinte, y de la misma forma a comienzos de los treinta para que pudiese completar sus cursillos que lo cualificaban como maestro. En las vísperas del Golpe tenía su destino como maestro en la escuela de El Tempul y fue asesinado en Arcos, en la zona del Cortijo Nuevo.
Aparte de la represión física, a través del exterminio del cuerpo de docentes, el gobierno dictatorial franquista implantado en Arcos desde julio, llevó a cabo una hipócrita y desvergonzada “justicia al revés”. Un ejemplo de ello es la diligencia que envía el entonces alcalde de Arcos al gobernador civil de la provincia el 16 de septiembre de 1936, donde señala que Joaquín Vázquez incurrió “en falta de presentación hoy a sus clases”, cuando dicho maestro nacional había sido asesinado hacía un mes, el 13 de agosto según el registro civil. Esta patraña, muy común en la época, no fue más que una inmisericorde forma de justificar su despido y premiar a otros que se habían alineado con los preceptos del régimen, por ser “buenos patriotas”. Fue el caso del exalcalde republicano radical Francisco Orellana López, sustituto de Joaquín Vázquez en la Escuela Unitaria número 8 del Barrio Bajo.
El 15 de septiembre, tres días después de que el autobiográfo libertario Manuel Temblador saliera a escondidas de Arcos, se celebraba en todas las escuelas de nuestro pueblo lo que se llamó la entronización de Santo Crucifijo. Un acto religioso que venía a sacralizar a la escuela como espacio de instrucción de las doctrinas católicas. De la misma forma, los maestros y maestras inauguraban el curso, “habiendo advertido [desde el Gobierno golpista] a todos la obligación de inculcar a los niños diariamente ideas de sano patriotismo y completa moralidad que inspiran las disposiciones de la Junta de Defensa Nacional de Burgos”. Y es que se ensalzaba la idea de “[procurar] a todas horas que [la educación] responda a las verdaderas conveniencias nacionales (…) con orientación moral hacia una España nueva”. Aunque el pueblo de Arcos no se había enfrentado al “Glorioso Movimiento Nacional” militarmente, sufría la voraz represión fascista. Por ende, la Escuela, símbolo del laicismo republicano y de la nueva pedagogía europea impulsada en España desde la Institución Libre de Enseñanza, se convertía en un ámbito que había que depurar “punitiva y preventivamente”.
Fuentes: - Archivo Histórico Municipal de Arcos de la Frontera.  Pettengui Lachambre, J.A. La escuela derrotada: depuración y represión en el Magisterio en la provincia de Cádiz (1936-1945). Publidisa, 2005. - Caro Cancela D. “La depuración de los funcionarios en Andalucía. Estado de la cuestión” en Las heridas se curan con más verdad. Pp.69-90. Fundación Alfonso         Perales, 2014.
Antonio Ortega Castillo es Licenciado en Historia y
máster en Estudios Hispánicos. ant.ortegacastillo@gmail.com
Publicado en: http://andaluciainformacion.es/arcos/578766/represion-fascista-y-entronizacion-del-crucifijo-en-las-escuelas-de-arcos-/#comentarios

UNA BIBLIOTECA DE LA MEMORIA HISTÓRICA

SE CREA LA BIBLIOTECA DE LA "MEMORIA HISTÓRICA" DE ANDALUCÍA

El grupo “Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía” RMHSA de CGT.A ha decido crear una biblioteca específica sobre la “Memoria Histórica” que tendrá su sede en Sevilla, calle Alfonso XII, 26, local del Patrimonio Sindical Acumulado y donde está situada la Federación Provincial de la CGT de Sevilla.
Este proyecto se dio a conocer la pasada semana durante el acto de presentación del lugar que ocupará permanentemente la exposición “Los Presos del Canal”, elaborada por RMHSA con el apoyo de la Fundación El Monte en 2002.
Se espera que la apertura sea posible celebrarla durante el otoño del presente año, tras la necesaria catalogación de los fondos existentes que proceden de los materiales acumulados desde la creación de RMHSA en 1998, muchos de los cuales han sido adquiridos y/o donados por los miembros del propio grupo y de colaboradores de los diferentes proyectos llevados a cabo en estos años. De igual manera historiadores, investigadores, escritores y asociaciones memorialistas también han donado ejemplares de sus trabajos. A destacar el importante número de publicaciones producto de investigaciones locales sobre la guerra civil y los primeros años de la dictadura franquista que han puesto, negro sobre blanco, los nombres de miles de víctimas (vivas o muertas) que hasta el momento estaban estigmatizadas en sus localidades.
También se cuenta con ejemplares de publicaciones financiadas, o donde han colaborado económicamente, tanto el Comisariado para la Memoria Histórica como la Dirección General de la Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, algunas Diputaciones y Ayuntamientos, tanto de Andalucía como de otras Comunidades Autónomas (Extremadura, País Vasco, Catalunya, Galicia, etc.). Junto a los fondos bibliográficos habrá también unas docenas de CD y/o DVD de documentales realizados en los últimos quince años, en algunos de los cuales ha colaborado RMHSA.
Decir, por último, que en bastantes ocasiones, RMHSA de CGT.A ha venido proponiendo a la oficina del Comisario y a la Dirección General de la Memoria Democrática la creación de un archivo donde se pongan al alcance de investigadores, historiadores y ciudadanos los fondos bibliográficos, imágenes (documentales, reportajes, etc.) así como estudios e informes sobre intervenciones fosas comunes, todo ello producto de las subvenciones públicas, al menos, desde 2006, pero hasta el momento nunca hemos recibido respuesta.
El espacio ideal donde ubicar esa Biblioteca Pública podría ser el Cuartel de la Gavidia (antiguo cuartel general), donde además, en 2008 la Junta de Andalucía tenía el proyecto de crear el Centro de la Memoria Histórica de cual nunca más se supo. Ese espacio concreto se hizo famoso por ser el lugar desde donde Queipo de Llano a través de los micrófonos de Radio Sevilla llamaba a la violación y el asesinato de los constitucionalistas y antifascistas del momento y que lleno las cunetas y los cementerios de fosas comunes y los registros de “desaparecidos”.

para más información: memoriahistorica@cgtandalucia.org
para donaciones: RMHSA de CGT.A. Calle Alcalde Isacio Contreras 2b, local 8 / 41003 Sevilla
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Fuente: http://www.todoslosnombres.org/content/noticias/sevilla-se-crea-la-biblioteca-la-memoria-historica-andalucia

sábado, 12 de marzo de 2016

Trece campos de concentración del franquismo, declarados Lugares de la Memoria

MARÍA SERRANO / 12 Mar 2016
Ficha de presos en el Campo de los Merinales./Asociación MLCD.Ficha de presos en el Campo de los Merinales./Asociación MLCD.
Hasta el momento, la lista de lugares oficiales contaba con un solo espacio relacionado con el trabajo esclavo, el campo de concentración de la Isla de Saltés en Punta Umbría (Huelva). La Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía ha comunicado por escrito el inicio del procedimiento de declaración como Lugar de Memoria Histórica de Andalucía de trece de las propuestas que presentó el Grupo de Trabajo Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía de CGT.A, durante los años 2011, 2013 y 2014 reiteradas de nuevo el pasado año a la Administración.
Los lugares seleccionados permite iniciar la tramitación del procedimiento e inclusión en el Catalogo de Lugares de la Memoria Histórica de Andalucía. Los espacios están relacionados con el trabajo forzado en la comunidad, donde se establecieron 55 centros en total . Entre los espacios declarados se encuentran:
Depósito de Presos en la Isla.
Depósito de Presos en la Isla.
Depósito de Presos “la Gañanía” (El Puntal, Sevilla)
Depósito dependiente del campo de los Merinales. Estos presos, que serían trasladados de Dos Hermanas, fueron los que construyeron las primeras calles del pueblo de Villafranca además de parte de la red viaria. Además llevaron a cabo trabajos de tipo civil como la construcción de casas en este municipio.
Campo de concentración de La Almadraba en Rota (Cádiz)
A finales de la guerra civil, este campo situado en Cádiz albergó 9.000 prisioneros y huidos detenidos para su clasificación e investigación. Este centro permanecería abierto hasta 1941 en las instalaciones conserveras del Consorcio Almadrabero, junto a la playa. Los presos fueron utilizados, como mano de obra esclava, para realizar trabajos de pavimentación urbana en Rota.
Campo de concentración de Benalua de Guadix (Granada)
Aún se conservan importantes vestigios de este campo de concentración por el que llegaron a pasar más de 5.000 presos. Cumpliría las funciones de un campo de clasificación. El Yatero, conocido guerrillero de la sierra granadina, se fugaría de este campo, pasando a finales de los años 40 hacia Francia.
Cortijo Gambogaz, en Camas (Sevilla)
gambogaz
Cortijo de Gambogaz
En diciembre de 1937, la ciudad de Sevilla entregó a Queipo de Llano una ofrenda económica de unas cien mil pesetas como agradecimiento a ‘la salvación de la capital de la barbarie roja’. El entonces alcalde de la ciudad, Ramón de Carranza, donó esta cantidad al general franquista, quien invertiría la partida en la compra del conocido Cortijo de Gambogaz, situado en las inmediaciones de los municipios de Camas y Santiponce. Aquel paraje de tierra fue expropiado durante la guerra a su anterior propietario, Ignacio Vázquez, y albergaría a presos políticos que realizaron trabajos forzados en este paraje.
Campo de concentración de Torremolinos (Málaga)
Este campo se sitúa en las inmediaciones del Cortijo del Moro con un total de casi 4.000 presos desde finales de 1939. Durmiendo al raso y en un estado extremo de insalubridad, los presos de este centro comenzaron la construcción de la parte civil del actual aeropuerto de Málaga.
Campo de concentración de Los Merinales (Dos Hermanas. Sevilla)
En el campo de los Merinales se ubicaron la mayoría de los republicanos que construyeron el famoso Canal de los Presos. Es un espacio de 59.000 metros cuadrados, siendo el último que se cierra en España, en el año 1960.
Campo de los Merinales en funcionamiento.
Campo de los Merinales en funcionamiento.
En las alambradas que rodeaban el campo, las familias de los presos acudían cada fin de semana para poder ver a sus seres queridos. Renfe llegó a instalar un apeadero para la cantidad de usuarios que paraban en la estación de los Merinales.
Campo de concentración de “La Corchuela” (Dos Hermanas, Sevilla)
Apenas seis años en funcionamiento, este campo, propiedad del Ayuntamiento de Sevilla, acogería a casi 1.500 presos del régimen. Los propios detenidos fueron los encargados de construir este campo donde hoy se ubica una de las zonas verdes más importantes del municipio de Dos Hermanas. El campo comenzaría a funcionar en 1939 y decretaría su cierre en el año 1944.
Campo de concentración del Colector (Sevilla)
Sello Campo de Concentración de Heliópolis
Sello Campo de Concentración de Heliópolis
En el Colector llegaron a concentrarse más de 900 presos del régimen al ser uno de los primeros campos creados en plena Guerra Civil, en el año 1937. Elegidos a dedo, obligados a trabajar largas horas como mano de obra esclava, estos republicanos dedicaron largas horas de condena a la construcción de una complicada tubería que traspasara las aguas residuales del recién creado barrio de Heliópolis, al otro lado de la dársena del Río Guadalquivir, a partir de una orden municipal puesta en marcha por el Ayuntamiento de Sevilla. La empresa Entrecanales y Távora, hoy Acciona, fue la encargada de la construcción de esta obra hidráulica.
Campo de concentración de El Arenoso (Los Palacios. Sevilla)
El campo del Arenoso es hoy día un cortijo que se encuentra en la misma zona del famoso Canal de los Presos del Bajo Guadalquivir. Como subcampo de los Merinales, se construyeron barracones para albergar a presos y ganar cercanía para la jornada laboral hasta la zona de la obra.
Finca el Arenoso, donde se ubicaba del campo de presos del mismo nombre./ M.A
Finca el Arenoso, donde se ubicaba del campo de presos del mismo nombre./ M.A
Campo de concentración del Cuartel de Sotomayor (El Viator. Almería)
Importante centro de reclusión para muchos republicanos que no vivieron de cerca la represión hasta terminada la guerra con la llegada de las tropas a la ciudad de Almería. Cientos de presos estuvieron recluidos en este centro hasta bien entrada la posguerra.
Lugar de fusilamiento “El Barranco” (Dos Hermanas, Sevilla)
En el municipio de Dos Hermanas se encuentra una zona de especial significación por la terrible crudeza de los acontecimientos que allí se vivieron. La zona conocida como el  “El Barranco”, situado en el kilómetro 4 de la A-8032 (Bellavista-Dos Hermanas), antigua Nacional IV, en dirección a Sevilla. Otros lugares de asesinatos significativos en el pueblo fueron la “Cuesta de Sánchez” y la “Vereda de la Real Armada”, a la altura de la Hacienda Ubarburu.
Campo de concentración de “Las Arenas” (La Algaba, Sevilla)
Campo de Concentración de Las Arenas.
Campo de Concentración de Las Arenas.
Muchos de los octogenarios del pueblo recuerdan en La Algaba (Sevilla) aquel campo donde mandaba Baltasar. En su memoria oral quedaría grabada para siempre una frase: “Eres más malo que Baltasar”. Aquel hombre foráneo, de gesto serio y agresivo, era el primer director del campo de concentración de las Arenas, ubicado en este municipio sevillano. Terminada la guerra, el régimen quiso matar de hambre a la población mendiga de la ciudad de Sevilla creando un verdadero campo de concentración para vagos y maleantes. Más de la mitad de los prisioneros murieron de inanición y frío.
Campo de concentración “Torre del Águila” (Utrera, Sevilla)
La presa de Torre del Águila comenzó a ejecutarse gracias a la labor y ayuda de presos en este campo de concentración. El nacimiento de asentamiento y casas en la zona por parte de familiares de presos dio lugar a la creación de actual municipio del Palmar de Troya

FUENTE: http://www.andalucesdiario.es/ciudadanxs/trece-campos-de-concentracion-del-franquismo-declarados-oficialmente-lugares-de-la-memoria-en-andalucia/ 

domingo, 6 de marzo de 2016

Vidas Rotas

El pasado 27 de febrero, durante el homenaje a las víctimas de la represión fascista, proyectamos este vídeo-documental, pequeñas biografías de algunos asesinados por el fascismo, la incomprensión y el rencor en Arcos.


Pueden ver el vídeo en el siguiente enlace. Esperamos que os guste.


viernes, 4 de marzo de 2016

HOMENAJE 27 DE FEBRERO A LAS VÍCTIMAS DEL GOLPE DE ESTADO DE1936 Y LA REPRESIÓN FASCISTA EN ARCOS


El pasado sábado 27 de febrero, la AMHAF llevó a cabo un homenaje a las víctimas del fascismo en Arcos con la intención de reconocer el sufrimiento de las decenas de familias arcenses que fueron represaliadas por los golpistas. El acto consistió en la entrega de carnés de socios de honor a los hijos de los asesinados que han colaborado con la asociación con sus testimonios, la entrega de un cuadro-diploma y una copia de los vídeos proyectados durante el acto. Tras esto se visualizó el tráiler del documental, Arcenses sin huella, que está confeccionando la asociación; y otro vídeo creado para la ocasión, Vidas rotas, un canto a la memoria de los asesinados con pequeñas microbiografías de una docena de ellos. 

A continuación pueden ver las fotos de la entrega de carnés de socios de honor y cuadros-diplomas.

 Cristobalina Álvarez, hija y sobrina de los desaparecidos y asesinados Antonio y José Álvarez.

     Antonia Rodríguez, hija de José Rodríguez Arcila.

Antonia Rodríguez, hija del ajusticiado José Rodríguez Arcila "Zerengue".


 Miguel Ramírez, hijo de Manuel Ramírez Basildo. Antonia Bernal Ruiz, nieta de Rafael Ruiz Vázquez y sobrina del asesinado Juan Ruiz Benítez.

 José Muñoz González, hijo de Manuel Muñoz "El Chusco".

Adela Oliva, hija del desaparecido y asesinado José Oliva Guzmán.


   Beatriz Cerredo, hija del asesinado Juan Antonio Cerredo Segura.


 Isabel del Valle, hija del asesinado Francisco del Valle Nuño "Frasquito el de la Posada".


 Cristobalina Álvarez, hija y sobrina de los asesinados Antonio y José Álvarez.


 Francisco Alba, hijo del asesinado Francisco Alba Iglesias.


 Beatriz Cerredo, hija del asesinado Juan Antonio Cerredo.


Concepción Martin García, nieta de Manuel García Sañudo recoge el cuadro-diploma

Luis Ortega, nieto del asesinado y desaparecido Miguel Gil Blázquez recoge el cuadro-diploma.


Luis Ortega, en representación de la familia del asesinado Miguel Gil Blázquez recoge el diploma

jueves, 3 de marzo de 2016

Guerras, memoria y justicia

Guerras, memoria y justicia

04mar 2016
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PUBLICADO EN: http://blogs.publico.es/dominiopublico/16061/guerras-memoria-y-justicia/

Ignacio Ramonet
Director de ‘Le Monde diplomatique’ en español
*Con este artículo ponemos en marcha una colaboración regular con la publicación mensual francesa ‘Le Monde diplomatique’. El texto, que corre a cargo de Ignacio Ramonet, saldrá publicado en el número de marzo de dicha publicación. 
Este año, en julio, se cumplen ochenta años del inicio de la Guerra Civil española (1936-1939). Uno de los conflictos más despiadados del despiadado siglo XX. Que una inclemente dictadura prolongó durante cuarenta larguísimos años más. Y que marcó al rojo vivo la memoria colectiva. Aún hoy, a decenas de miles de españoles les está prohibido desenterrar los restos de sus familiares, dispersos por las cunetas del país, fusilados sin juicio sólo por ser republicanos. Ni siquiera el restablecimiento de la democracia en 1978 sosegó los ánimos como lo acaba de demostrar, en Madrid, el reciente encono en torno a la ‘desfranquización’ de los espacios públicos…
La Ley de la Memoria Histórica (2007), al no reconocer que los crímenes del franquismo fueron cometidos contra toda la sociedad española y contra la humanidad, no permitió cicatrizar las profundas heridas de la guerra. Que siguen sangrando hoy… Recordemos que la Justicia española sancionó hace unos años al juez Baltasar Garzón por haber éste iniciado, en octubre de 2008, una investigación sobre las desapariciones, durante la Guerra Civil española, de más de 100.000 republicanos (cuyos cuerpos yacen en fosas anónimas, sin derecho a un entierro digno) y sobre el destino de 30.000 niños arrebatados a sus madres en las cárceles para ser entregados a familias del bando vencedor durante la dictadura franquista (1939-1975).
La decisión administrativa tomada en España en 1977, con la Ley de Amnistía (que, en aquel momento, buscaba esencialmente sacar de prisión a cientos de detenidos de izquierdas), consistió en no hacer justicia y no encarar ningún tipo de política de memoria.
Obviamente, a ocho décadas del inicio del conflicto y al haber desaparecido, por causas biológicas, los principales responsables, hacer justicia no consiste en llevar materialmente a los acusados de crímenes abominables ante los tribunales. Aunque, Alemania no ha dudado en llevar a los tribunales, hace unas semanas, a un ex sargento de las SS de 94 años de edad, Reinhold Hanning, acusado de complicidad de asesinato por haber trabajado en el campo de concentración de Auschwitz en un momento en el que cientos de miles de judíos húngaros fallecieron allí.
Pero no es sólo un asunto jurídico. Lo que está en juego es el derecho de las víctimas a una reparación moral, el derecho colectivo a la memoria, a poder establecer oficialmente, sobre la base de atrocidades demostradas, que el franquismo fue una abominación. Y que su impunidad es insoportable. Poder enunciarlo, proclamarlo y mostrarlo en ‘museos consagrados a la Guerra Civil’, por ejemplo, en los manuales escolares de historia y en días de solemne homenaje colectivo. Así se hace en toda Europa en solidaridad con las víctimas del nazismo.
La Ley de Amnistía española condujo a imponer, sobre la ‘banalidad del mal’ franquista, una suerte de amnesia oficial, un mecanismo de ‘ceguera inconsciente’ (en este caso colectiva) mediante el cual un sujeto hace desaparecer hechos desagradables de su memoria. Hasta que un día regresan a borbotones, en un estallido de irracionalidad.
En España no se constituyó nunca ninguna Comisión de la Verdad como las que se han multiplicado por el mundo en nombre del deber de memoria.
“El deber de memoria –dice el filósofo Reyes Mate– nace de Auschwitz porque aquello fue pensado como un proyecto de olvido. No debía quedar ningún resto físico del pueblo judío para que se olvidara su contribución a la historia de la humanidad. El proyecto tuvo lugar, por eso hablamos de ‘crimen contra la humanidad’, pero no se consumó porque Hitler fue vencido y eso nos obliga a recordar aquel genocidio. Honrar la memoria de Auschwitz es entender el alcance del deber de memoria”.
La película Shoah empieza con una secuencia en la que un superviviente camina cabizbajo hasta un punto en el que señala al suelo mientras dice: “Era ahí”. Ahí no hay nada, un poco de césped envuelto por el silencio de un bosque perdido en Polonia. Pero ahí estaba… la cámara de gas. La mirada de la víctima devuelve a la realidad de ese lugar una presencia olvidada. La mirada de la víctima permite conocer una parte de la realidad que sin ella sería inaccesible.
Eso demuestra que la memoria, como lo saben los antropólogos, es también conocimiento y no sólo sentimiento.
Por eso ya se han creado, en más de treinta países, Comisiones de la Verdad. Estos organismos oficiales, temporales, se encargan de investigar un conjunto de violaciones sistemáticas de los derechos humanos para contribuir a la manifestación de la verdad sobre los crímenes. Casi siempre, esas Comisiones publican un informe final en el que exponen sus conclusiones y sus recomendaciones.
El modelo de estas comisiones es la Comisión para la Verdad y la Reconciliación (1995) que buscaba la justicia luego del fin del apartheid en Sudáfrica. Sus objetivos fueron: promover la unión nacional, la reconciliación, determinar las causas de la violencia y establecer medidas de reparación. Un anticipo a lo que llamamos hoy ‘justicia transicional’.
Los testigos que eran identificados como víctimas de graves violaciones a los derechos humanos eran invitados a brindar testimonio sobre sus experiencias. Muchas de estas víctimas ofrecieron sus testimonios en audiencias públicas. Los victimarios o perpetradores de crímenes violentos podían también dar testimonio y solicitar en ciertos casos una amnistía. Esta comisión estaba encabezada por el arzobispo Desmond Tutu, quien había establecido como lema de la Comisión que “sin perdón no hay futuro, pero sin confesión no puede haber perdón”. La transición democrática en Sudáfrica se vio facilitada por un proceso único de reconciliación y de búsqueda de la verdad.
Este proceso es necesario hoy en otros países, por ejemplo, en Venezuela, donde la Asamblea Nacional, controlada por la oposición de derechas, intenta imponer contra los derechos de las víctimas una ley de amnistía (como lo hicieron los militares golpistas del Cono Sur) a favor de cabecillas violentos que provocaron guerrillas urbanas (una suerte de kale borroka generalizada) en 2014, las cuales causaron decenas de muertos y centenares de heridos. O en México, donde la ‘guerra del narco’ ya ha causado unos 200.000 muertos.
Recientemente, en Colombia, el Gobierno del presidente Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron, en el marco de los Diálogos de Paz, la creación de una Comisión de la Verdad para “esclarecer” y “explicar” el conflicto que –desde hace más de medio siglo– desgarra ese país sudamericano. Los negociadores explicaron que esa Comisión tendrá tres objetivos: “Contribuir al esclarecimiento de lo ocurrido (…) y ofrecer una explicación amplia de la complejidad del conflicto; promover y contribuir al reconocimiento de las víctimas y de las responsabilidades individuales y colectivas; y promover la convivencia en los territorios del país, fomentando un ambiente de diálogo”. “Nos urge –añadieron– dar respuesta a los colombianos y, en especial, a las miles de víctimas que reclaman verdad. Lo hemos dicho antes y no nos cansaremos de repetirlo: las víctimas son la razón de ser de este esfuerzo por poner fin al conflicto”.
La reconstrucción de la identidad social es un trabajo colectivo que supone poder realizar un relato fidedigno de los crímenes perpetrados desde el autoritarismo. Ese relato resulta indispensable para las nuevas generaciones que se acercan a conocer su pasado. Para que la memoria no se degrade, es necesario ejercerla en relación con el presente y de cara al futuro.
Para ponerle un punto final a la impunidad y desterrar la posibilidad de que se vuelvan a repetir los crímenes y genocidios, es indispensable rescatar la memoria de las luchas contra la injusticia social, por la soberanía, por las libertades y por los derechos humanos.
También hay que reivindicar los ideales de los luchadores y proponer diferentes acciones: políticas, culturales, mediáticas, etc., para actualizar y revivir hoy la construcción de otra sociedad basada en el paradigma de la solidaridad en oposición al individualismo y a la fragmentación. Igualmente es necesario impulsar la aplicación de las leyes que castigan los crímenes del terrorismo de Estado, denunciar las complicidades e indiferencias que colaboraron en su implementación.
Es indispensable exigir que las autoridades pongan el aparato estatal al servicio del esclarecimiento y de la recopilación de todos y cada uno de los abusos y atropellos contra las víctimas de las dictaduras, del juicio y del castigo efectivo de dichos crímenes.
Es asimismo importante difundir y popularizar el conocimiento de los derechos humanos para que aquellos que son víctimas de hostigamiento y de vulneración de los mismos puedan hacer valer los mecanismos que los protegen del abuso institucional. Finalmente, es determinante promover, de forma activa, la memoria de las luchas populares por la libertad, por la democracia y por la justicia social.
Sin verdad no hay justicia. Alejados de la venganza y sin convocar el rencor ni el resentimiento inútil, tenemos el deber de recordar. Hacer memoria para hacer justicia.